sábado, 2 de octubre de 2010

Ni golpe ni golpiza

En un atropello a la democracia que tanto reclama Correa ,su gobierno, el día 30 de septiembre , impidió a los ecuatorianos acceder a su derecho a la libertad de información y con el cuento de  una Cadena Nacional, se silenció a los canales de televisión no gubernamentales  y solo tuvimos la versión oficial de los hechos que se  suscitaban  y solo  de los que ellos querían informar, ocultando el acontecimiento de otros que por el despotismo que nos rige no consideraban de su conveniencia que el pueblo conozca.

La Cadena Nacional le puso candado a la información. Eso no es libertad. Eso es dictadura, como muchas otras actitudes de Correa en perjuicio de nuestros derechos que no están sujetos a su venia para que los ejerzamos.
El acto de insubordinación, gravísimo por cierto,  fue solo eso, no un golpe de estado. No hubo un solo líder visible, pero el poder mediático que con dinero nuestro maneja el gobierno lo vendió local e internacionalmente como un golpe de estado, llevando incluso a una reunión del UNASUR,  ridícula, obviamente reclamando por un hecho que jamás ocurrió. Era necesaria la reunión para victimizar a Correa y conseguir respaldo ciego de la comunidad internacional.

Las peticiones policiales fueron para que no sean perjudicados por una ley específica, no hubo requerimiento para deponerlo.

Hace rato que vivimos en una dictadura y la OEA y demás gobiernos deberían  ser más responsables de sus pronunciamientos cuando apoyen a un gobierno bajo la falsa premisa que su Presidente, una vez elegido en las urnas ,es constitucional, aunque en el ejercicio del poder se convierta en  un déspota. ¿A quién se debe la OEA, a los pueblos de los estados que la conforman o a sus presidentes?
A propósito, ayer no se dictó estado de excepción alguno, al menos no fue publicado en el Registro Oficial, ni se ha conocido su borrador siquiera.


Jaime Vernaza Trujillo


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