No se qué organización o cuántos ciudadanos solicitaron el busto del Che Guevara, un médico que estudio para salvar vidas y se dedicó a asesinar a los que no se unían a su causa.
Jaime Nebot defiende la decisión de otorgar permiso para el monumento a un asesino, expresando que así como él exige tolerancia para que se acepte erigir el busto a León, también tiene que tolerar el busto para el Che Guevara.
Pero hasta la tolerancia tiene su límite, sin límite sería reconocer temor y enmascararlo en frases acomodaticias, de lo contrario, en aras de la argumentada tolerancia, que también se tolere monumentos a Muamar Gadafi, Bin Laden y Saddam Hussein. Y no olvidemos que hay adoradores de Satanás y fanáticos de Hitler.
Jaime Nebot y el concejo cantonal se equivocaron, su argumento es inaceptable. Terminó sucediendo que el Che Guevara tiene su busto erigido y León no.
Un excelente alcalde a quien, para nuestra indignación, Correa le ha pisado la guayabera.
JAIME VERNAZA TRUJILLO.