domingo, 29 de julio de 2012

EL UNO Y EL OTRO


EL UNO Y EL OTRO

El uno en bicicleta, el otro en mercedes Benz, el uno paupérrimo y el otro multimillonario, ambos con anhelos presidenciales, los dos con varios intentos fracasados para lograrlo, pero perseverantes. Uno ya fallecido  físicamente y el otro desfallecido políticamente.

Común entre ellos, cada cual en su momento, sabiéndose absolutamente incompetente para desempeñar el cargo aspirado, se auto sugestionó de lo contrario.

Uno considerado iluso soñador y sin ser brillante, no  tonto, el otro en cambio deja saber en cada una de sus intervenciones públicas el alcance de su capacidad intelectual. Uno si aprendió a leer aunque nació en la indigencia  y el  otro nació  en la opulencia. Uno de ellos se comunicaba muy bien a pesar que en léxico no era superado por el otro.

El  uno fallecido, el otro entre nosotros.

El vivo  prometiendo a  los ecuatorianos  vivienda de concreto cómoda y moderna, carro propio para todos y cada uno de ellos, trabajo de gran nivel, buena comida a buenos precios, educación igual a la que existe en los países modernos sin descuidar la seguridad social del primer mundo y protección anti delincuencial.

El que se fue nunca prometió tal paraíso, era parte del pueblo y no lo desestimó, sabía que el pueblo puede ser ignorante pero no tonto. El pueblo se mofaría de tan demagógica oferta y en su ignorancia sabría quien es realmente el tonto.

Para concluir creo que, parafraseando lo que dicen de Alfaro, el  eterno “candidato de las derrotas”, ha de pensar ciertas las siguientes palabras atribuidas al finado, y  seguro que con ellas se embelesa.: En Ecuador se nace votando por el patrón y se muere votando por el patrón”.

Esa sería su esperanza y, como diría Daniel Santos, esperanza inútil.


Jaime Vernaza Trujillo.

miércoles, 27 de junio de 2012

FUERZAS DESALMADAS

En un pequeño país con no muchos millones de habitantes existía un gobernante que llegó al poder elegido democráticamente porque el pueblo, mayoritariamente ignorante, simplemente creyó en él.

Cansado estaba de sus líderes tradicionales que los habían defraudado, muchos de los cuales se habían enriquecido en el ejercicio de sus mandatos.

Sorpresivos precios de los recursos naturales del diminuto país le permitieron al gobernante elegido tener recursos que ninguno de sus predecesores  se hubiera imaginado tener.

Consiguió de su pueblo una fidelidad religiosa  que le permitió pedir que con sus votos los ciudadanos le aprueben cambiar cuanta norma jurídica del nivel que sea, que a su solo criterio fuera necesario para llevarlos a la prosperidad que no habían conocido.

A través de éste apoyo, de a poco, fue controlando todas las funciones del estado, consiguiendo que no se fiscalicen los actos de su gobierno. La impunidad para él y los suyos era una suerte de derecho reconocido por sus lacayos, titulares de los entes de control.

Convertido en dictador con título de presidente, enfermo de odio enemistó a sus connacionales incentivando una lucha de clases.

Las fuerzas armadas ya no obedecían a la constitución, se convirtieron en sumisas  al pensamiento del déspota y los desplantes a éstas se multiplicaron ante el silencio cobarde o cómplice de sus mandos que desprovistos de dignidad por temor o favor, lo permitieron.

Se esfumó la paz en que vivían sus habitantes. Mafias internacionales se apoderaron de la patria  y las muertes violentas  se multiplicaban como peste, su gente se acostumbró a éstos hechos, sin dejar de reclamar por una protección que no llegaba.

La mafia se había tomado la política y la corrupción se mariscalizaba.  La justicia asqueaba y el desprecio a lo judicial   alcanzaba incluso a aquellos que indebidamente la controlaban.

Los escándalos sobre los fondos públicos  aburrían por cotidianos y por impunes. Hablar de ilícitos atribuidos al gobierno era motivo de persecución judicial y quienes los denunciaban eran  tildados de traidores a la patria.

El déspota destrozó  el país, la inseguridad jurídica campeaba, y con la plata de todos compraba el apoyo de un pueblo manipulado por una propaganda atosigadora y perversa, vendiendo mentiras como verdades y regalando pescado sin enseñar  a pescar.

La libertad de expresión fue condicionada a que sea de aceptación oficial. Se apropió de prensa privada violentando todo debido proceso y la puso a su plena disposición. La presión mundial evitó que siga acaparando  otros medios que casi los tuvo en sus manos.

Insultaba a quien se le antojaba, se peleaba  con gobernantes de otros estados, se opuso a que organismos internacionales cumplan con su obligación de evitar asesinatos de niños por parte de gobernantes ilegitimados.

Apoyó a  gobernantes  de otros países que se creyeron vitalicios y bombardeaban a sus connacionales que querían democracia.

Pero en esos  pueblos , con fuerzas armadas que se debían incondicionalmente a sus gobernantes y que ,en tal condición de absoluta sumisión, cometieron crímenes contra lesa humanidad, de repente ,en primavera, algunos de sus integrantes hicieron consciencia, aunque demasiado tarde, consciencia de que los derechos humanos que hablan de libertades no dependen de legislación alguna para existir y ser reclamados. Y se pusieron al lado del pueblo para defender sus derechos.

Volviendo a nuestro cuento, el  dictador de ese pobre país, enceguecido por su efímero poder  que creyó eterno, se sintió salvo al considerar que  el vasallaje de las fuerzas armadas era perenne y que con solo fruncir el rostro las amilanaba a su antojo.

Para su desconcierto, oficiales y tropa repudiando tanta impunidad no quisieron continuar apoyando a su   gobierno déspota que perseguía a los ciudadanos que opinaban en contrario,  que no permitía  ser fiscalizado y que había  instituido la inseguridad jurídica en la república.

No quisieron convertirse en cómplices ni autores coadyuvantes de la destrucción de la institucionalidad que acaba con las libertades ciudadanas. Seguir haciéndolo era a su criterio traicionar al pueblo y convertir a las fuerzas armadas en fuerzas sin alma, en Fuerzas Desalmadas.

Acabando con el desgobierno devolvieron a los ciudadanos sus plenas libertades  y mediante elecciones libres el pueblo tuvo la oportunidad de volver a equivocarse.

  JAIME VERNAZA TRUJILLO.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿QUÉ ES LO QUE PASA AQUÍ, AH?


¿QUÉ ES LO QUE PASA AQUÍ, AH?

¿QUÉ ES LO QUE PASA AQUÍ, AH?

Guillermo Lasso declara en El Universo hoy 10 de mayo del 2012: “¿Cómo no podemos estar satisfechos con la labor del Gobierno en materia de inversión pública en infraestructura vial? ¿Cómo no apreciar el esfuerzo del Gobierno en el tema de inversión en salud y educación?”

Pero, si Guillermo Lasso reconoce, por ser su criterio, que hay lugar para estar satisfechos con la labor de gobierno en rubros tan primordiales como la infraestructura vial, salud y educación, ¿para qué se candidatizaría entonces? Si ese es su pensamiento, pues mejor que lo apoye a su elogiado Correa.  ¿O habría que darle otra lectura a esas flores?

¿Tiene sentido que un hombre inteligente con aspiraciones presidenciales ensalce  a quien sería su más duro contrincante? Honestamente, aunque puedo equivocarme, emana un olor a tongo.

También dice que NO ha tomado todavía la decisión de candidatizarse a la presidencia de la república. ¿Usted le cree?

¿Qué se puede pensar de quien manifiesta no estar decidido “todavía” a candidatizarse para presidente y sin embargo  viene años publicitando el “Banco del Barrio” con su imagen y diciendo “SOY GUILLERMO LASSO,” para popularizar su nombre y rostro, ya que a nadie escapa que ningún otro banco promociona sus servicios con la imagen de su principal ejecutivo diciendo su nombre y enseñando su fisonomía. ? Y, peor aún, después de tan costosa campaña, renunciar al banco.

Las encuestas pueden decir lo que los dólares le pidan, pero es por demás obvio que Correa no tiene el apoyo que antes tuvo, se ha peleado hasta con sus propios aliados de antes, hoy sus antagónicos.

Necesita dividir a la oposición para facilitar su reelección. Salió Alvarito a chimbar. Talvez un chimbador no le es suficiente y necesita de otro que le sea propio. Pero nada es gratis.

Un hombre que ,como él ,  desea incursionar en lo campo de lo público, se expone a que se cuestione su accionar, aunque tal cuestionamiento le tenga sin cuidado ,ya que ha manifestado textualmente en la entrevista : no vivo en función de lo que la gente habla o piensa de mí.”

JAIME VERNAZA TRUJILLO.

domingo, 22 de abril de 2012

ASAMBLEA VASALLA


ASAMBLEA VASALLA

La primordial responsabilidad de  una Asamblea Nacional para el ejercicio de su constitucional actividad es la de respetar y  hacerse respetar  de cualquier otra función del estado que pretenda convertirla en su vasalla.

Es particularmente repulsivo lo público y notorio de la indigna sumisión de la función legislativa a la función ejecutiva , permitiendo a consciencia un repugnante despotismo que nos priva a los ecuatorianos de la seguridad jurídica a la que tenemos derecho, más que como derecho constitucional, como derecho humano.

Ya no se trata solamente de ver con pena el desvergonzado alzar de manos respaldando decisiones ajenas aunque no comulguen con las propias, se trata, ya sin estupor, de ver como el ejecutivo veja públicamente a los asambleístas.

Salvo escasas voces  de algunos de ellos a quienes ya nadie escucha con credulidad, lejos de reclamar lo impropio de dicho proceder, ahora bajan  la cabeza temerosa y asumen una posición de humildad que nada tiene de cristiana y todo de ausencia de dignidad. Infame reacción que desnuda la interioridad de quienes así proceden.  Talvez llamar Vasalla a la Asamblea es halagarla, llamémosla mejor: rastrera. Es mi opinión.


Jaime Vernaza Trujillo.

lunes, 2 de abril de 2012

LLAMADO A LAS FUERZAS VIVAS DE GUAYAQUIL

Alguien firmaría esto conmigo para publicarlo?

TENER VERGUENZA Y BRAVURA

Pedimos a las instituciones que conforman las fuerzas vivas de Guayaquil.

Convóquense y convóquennos , carajo, para dejar saber al gobierno central que no permitiremos un solo vejamen más contra Guayaquil.

Somos conscientes que habrá quienes, para proteger sus particulares intereses, prefieran no participar y hasta bregarán  para impedirlo, pero han de ser los menos.  

Jaime Vernaza Trujillo.

sábado, 31 de marzo de 2012

TENER VERGUENZA Y BRAVURA


TENER VERGUENZA Y BRAVURA


La tolerancia excesiva colinda con la cobardía, con la irresponsabilidad, y eso es lo que viene pasando con Guayaquil, situación que no debe soportarse más, porque no podemos seguir negando que ya pasamos sus linderos y que simplemente no queremos reconocerlo, ofendiendo con nuestra inacción la ilustre memoria de quienes  antaño lucharon por nuestra libertad que, para vergüenza histórica, hoy tememos defender.

Me agradaría mucho que las fuerzas vivas de Guayaquil, emulando al ave fénix, cobren vida otra vez auto convocándose para dejarle  saber al gobierno central que no están dispuestas a permitir un solo vejamen más a la ciudad y, sin dobleces,  decididas a tomar las medidas oportunas que lo impidan.

Ojeando documentos familiares encontré  la siguiente décima que mi abuelo Luis Vernaza Lasarte  escribió en respuesta a una valiente encuesta hecha hace algunas décadas  por Dona Hipatia Cárdenas de Bustamante, que cobra actualidad:

Una mujer superior
De talento singular,
Patriota, quiere indagar
Cuál es la forma mejor
De evitarle al Ecuador
Una nueva dictadura,
Y los rayos de luz pura
De un pasado esplendoroso
¡Gritan, gritan sin reposo:
Tener vergüenza y bravura!

Que tengan vergüenza y bravura los titulares de las instituciones de las fuerzas vivas. Sugiero  una auto convocatoria  para evitar celos de protagonismos que lamentablemente son parte del problema que hay que  superar por el bien común. Cualquiera de ellos que llame a otro u otros para mantener una reunión informal que dé ocasión a la necesitada unión donde prime el civismo  con absoluta ausencia de intereses partidistas o personales. Soy, sin embargo, consciente que habrá quienes, para proteger sus particulares intereses, prefieran no participar, pero han de ser los menos.  


JAIME VERNAZA TRUJILLO

sábado, 1 de octubre de 2011

A MERLE

                                                                                          Ya gracias al cielo bendito,

                                                                                          He querido no verte jamás.

                                                                                          Te lo digo con mi ser  contrito,

                                                                                          Mientras muere en mi aliento tu nombre

                                                                                          Y en mi mente tu faz  




Borracho de dolor a vomitarte vengo

Todo lo que ayer comer me hiciste,

Y  a vomitarte empiezo porque tengo

Nauseas del amor que tú me diste.



Bien sabes que comía  a camionadas

Esa materia del color de tu alma,

Mientras feliz con otro me engañabas,

Destrozando de mi ser la calma.


Vengo aquí a desearte de la suerte,

Aquella que me diste un día,

La peor, que te arrastre hasta la muerte

Encontrando mi desprecio por la vía.

Sabrás así lo mucho que sufrí al quererte.



Mentirosa fuiste y  traicionera

Interesada vana y abusiva

Eres solamente una cualquiera,

Rata mugrosa, mujer perdida,

De todas las mujeres maldijera

A aquella que cual tú daño una vida.



San Francisco, Ca, 1966